Un poco de historia… 

En febrero de 2020, comenzamos nuestra andadura a partir de un grupo de supervisión organizado por Victoria Compañ Felipe. Durante años había realizado supervisiones desde una perspectiva constructivista y sistémica tanto a terapeutas que iniciaban su trayectoria profesional dentro de un contexto formativo, como a terapeutas con más experiencia en el contexto de diferentes proyectos de investigación. Tras un proceso de “crisis teórica” al comprobar la ausencia de la perspectiva de género en su práctica como clínica, docente y supervisora, se formó en malestares de género. Patricia Lázaro Enguita, con la que había trabajado en diferentes proyectos de investigación sobre la terapia constructivista en la depresión y la fibromialgia, la animó a poner en marcha un grupo de supervisión que incorporara la mirada feminista. 

La creación de este grupo de supervisión fue un primer paso para compensar la deuda contraída tras tantos años formando terapeutas sin reparar en la desigualdad entre hombres y mujeres. El grupo de supervisión inicial estaba formado por: Patricia Lázaro Enguita, Marta Farré Sitjà, Silvia Montero Pagès, Joan Lluís Ferrer Botelles, Adrià Seguer Vicente, Mireia López Portillo, Marc Muñoz Rodríguez, Cristina Muñoz Calvo y Renata Infantozzi Moctezuma.

Apenas iniciadas las supervisiones comenzó la pandemia y el confinamiento, por lo que el grupo se suspendió hasta que unas semanas más tarde se retomó de forma telemática. Desde el principio se generó un ambiente en el grupo que animaba a la reflexión, a dar valor a las diferentes aportaciones y a construir una imagen caleidoscópica de los casos que supervisábamos. Cada terapeuta hablaba desde su propia experiencia, desde sus puntos fuertes como profesional (experiencia con jóvenes, con adicciones, con fibromialgia, con violencia, etc.) y como persona (la creatividad, la capacidad visual, el establecimiento de relaciones, la capacidad de abstracción o de concreción, etc.). También eran bienvenidas las muestras de inseguridad, dudas o vulnerabilidad. Todo ello para intentar lograr una formulación clínica que resultase rigurosa teóricamente y útil prácticamente. 

Con el paso de los meses fuimos comprobando que el formato de “grupo de supervisión” se nos quedaba corto. Así que incorporamos unas sesiones de “trabajo personal” en las que reflexionábamos en primera persona sobre el impacto que la socialización de género había tenido en nosotras y nosotros. Esto supuso un salto cualitativo en el grupo, en nuestra relación y en cómo reflexionábamos sobre los casos.

Además, compartir estas reflexiones en un grupo no mixto fue muy enriquecedor porque nos aportaba las dos caras de la moneda, sin obviar la jerarquía sexual que existe socialmente. Así, fuimos comprobando que no éramos exactamente un grupo de supervisión, sino más bien un “grupo de trabajo” y, como tal, comenzamos a funcionar el septiembre de 2021. Comenzamos a pensar en qué objetivos teníamos y qué queríamos hacer y lograr como grupo.

En la actualidad…
Somos un equipo de psicoterapeutas especializado en los modelos constructivista, sistémico y feminista. Creamos y compartimos conocimientos para mejorar nuestra labor clínica, de forma que no perpetúe la desigualdad estructural entre hombres y mujeres, contribuyendo así a reparar la deuda histórica que tenemos con ellas.

Nos constituimos como Asociación en octubre de 2022 porque tenemos un planteamiento ambicioso de nuestros objetivos y pensamos que la mejor forma de lograrlos es sumando esfuerzos.